Ella,
en su cuerpo mórbido.
Con sus estrías como paisajes.
Ella,
herida de sí misma,
lamió los dedos que le apuntaron.
Ella,
triste e inconexa del mundo.
( . . . )
Se levantó valiente, y ardiente.
Alzó la mirada a los que
irrumpieron en su intimidad,
asechando con su cruel burla.
( . . . )
A ella,
que vive en mí…
Esa que se arrastró
por las zanjas del campo.
Llegó la hora de aterrizar.
Me reconcilio con mi ego,
que ando agazapado y mal querido.
Y…,
con todos los tumultos
de mi cuerpo fraccionado.
Le hago una celebración
a los huesos de los muertos
a los cuales les debo vida.
Estas varillas
me prometieron
que no se doblan…
Si las tuerzo que sea
por el esfuerzo de dar
el máximo que puedo.
Ahora,
puedo gritar;
¡me acepto tal cual he sido, y seré!

Bravo!!
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•~….Saludos B. Y muchísimas gracias por estar por aquí buenas energías!~•
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👍👏👏👏 Genial !!
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Hermosa reafirmación de amor a ti misma !!!
Te felicito 🙂
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•~…gracias Mar! En eso estamos re~afirmando, y mientras más adentro más evoluciona afuera, cariños siempre y energías que no falten!~•
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•~…hola Rovi! Gracias por tu presencia eso si que es genial, Abrazotones desde el otro lado…!~•
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😘😘🌼😊
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Intenso, alentador. ¡Al fin una poeta que no habla de sus males de amores!
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~…gracias por tus palabras y bienvenido!~
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